La gran traición de Jorgito Castriota

La actual República de Albania fue históricamente parte de la provincia romana de Dalmacia. Sus primeros habitantes fueron ilirios y caonios. Posteriormente,  ese grupo de ilirios sería asimilado al imperio bizantino, hasta que fueron invadidos por los turcos otomanos, quienes comenzaban su plan de expansión masivo por Asia y Europa.

En esta oportunidad hablaremos acerca de un ciudadano llamado Jorge Castriota. Por el título de la historia que voy a contar, parecería una mariconada de un hombre de origen hispano-americano, algo así como el drama asociado a una telenovela de origen mexicano, pero no tiene nada que ver con ningún pueblo de este lado del planeta.

Don Jorge nació un día 6 de mayo de 1405 en Krüje, actual territorio de Albania. Era hijo del príncipe de Epiro y una joven de origen macedonio. No se andaba con cosas mi amigo, venía de familia con billete e importancia, lo que lo forzaba a asumir un rol protagónico en su comunidad. Era el hijo de, factor que hasta el día de hoy influye en cada una de las sociedades y más aún en aquella época, donde eran muchos menos habitantes.

Fue así que, viéndose bueno para el arte de la lucha, se votó a choro con el sultán turco Beyazid I. Y como era de esperar, le fue como la raja, porque era inexperto aún en materia de batallas grandes. Fue apresado junto con tres de sus hermanos, convirtiéndose en rehenes del imperio otomano.

Los trataban pésimo. La milicia turca los orinaba, los escupía y los golpeaba cuando se les cantaba. Así fueron los primeros meses, hasta que un día estaban entrenando para una siguiente batalla y recordaron a George. En su calidad de prisionero no podía rechazar la propuesta, por lo que comenzó a pelear e inmediatamente destacó, lo que llevó a los generales turcos a nominarlo para que defendiera la casaquilla otomana.

Castriota se miraba con la armadura puesta, liderando tropas que nada tenían que ver con su etnia, habiéndose convertido al islam por obligación mas que por convencimiento real, y llegaba a la conclusión de que estaba puro hueveando. No podía ver a los turcos, le molestaba desde sus olores corpóreos y bucales, hasta su actitud frente a las tropas rivales inmisericordiosa. 

Fue así que comenzó a planear la traición para poder luchar por los albanos nuevamente.

Soñaba con volver a erigirse como líder de su gente. Si bien había mejorado como luchador gracias a lo aprendido con los otomanos, lo vinculaba un sentimiento emocional mucho más fuerte con su pueblo de origen. 

El día 28 de noviembre de 1443, en una batalla entre otomanos y húngaros, Jorge junto con 300 albaneses que peleaban por los musulmanes se cambiaron de bando. Tras una larga caminata lograron llegar a Krüje, lo conquistaron y le enviaron una carta al sultán diciéndole: "Acá estamos los 301, somos terrible de choros y andamos armados. De ahora en adelante, Krüje es nuestra papito y lo vamos a defender con cuática".

Desde su traición y hasta su muerte, Jorgito resistió cada uno de los embates otomanos para recuperar las tierras perdidas en Albania. Castriota tenía dos ventajas claves respecto a ellos: conocía el territorio, lo que permitía utilizar la geografía en favor de sus tropas, y había sido uno de ellos, por lo que conocía todas sus estrategias de guerra.

Durante su reinado, se crearon leyes impositivas, de censo de la población y se hicieron avances en infraestructura, que permitieron un enorme progreso. En torno a su figura, se erigió un nuevo sentimiento nacionalista del pueblo albano, así como una identidad que los diferenció de otros grupos de la época. 

Miles de soldados turcos intentaron infructuosamente recuperar la ciudad pérdida, pero las tropas comandadas por Jorge resistieron cada uno de los embates. Hasta su muerte, la ciudad de Krüje fue territorio albano, cediendo en manos de los conquistadores euroasiáticos doce años después del fallecimiento de este gran luchador. Lo que no pudieron hacer más de cien mil soldados, lo hizo un mosquito, porque Castriota murió por la malaria el año 1468.

El caballero descrito en este texto es más conocido con el nombre de Skenderberg y es el héroe más grande de la historia de Albania. 

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